La primera entrada del 2011 llega un poco más tarde de lo que hubiese querido, pero he estado celebrando el Año Nuevo por todo lo alto con una de las tradiciones navideñas a las que soy más asiduo: los trancazos monumentales. No, en serio, cuando digo monumental estoy hablando de un catarro del tamaño del Krak de los Caballeros, de unos virus con la misma fuerza que el brazo de Roland y una congestión capaz de tirar por tierra las murallas de Constantinopla.
Pero para empezar bien el año y con ganas de renovación y todo eso, he optado por lo natural, ¡hacer un refrito de noticias de hace un par de semanas! Es lo bueno de tener un blog de historia, que si no ofreces contenidos de rabiosa actualidad tampoco es que se vaya a hundir el mundo.
Recordemos...
A finales de 2010 ardía Internet en español con motivo de la Ley Sinde, haciéndome recordar, one more time, a Jacques le Goff cuando decía que seguimos viviendo en la Edad Media, pero esta vez, de forma literal. ¿Por qué?
Los que vivan en España ya sabrán de sobra qué es la Ley Sinde y cada uno tendrá ya su propia opinión, pero algún lector tengo que no es de aquí y al que todo esto le sonará a chino. Si quiere puede leerse esto o esto otro . Y si no yo se lo explico, sesgadamente claro, que para eso es mi bloj:
después de que los jueces sentenciaran sistemáticamente que las webs de descargas (que en los medios llaman "ilegales") no cometían ningún tipo de delito, y que la Fiscalía General del Estado dijera que si no había ánimo de lucro, compartir contenidos protegidos por copyright era perfectamente legal, la SGAE (la patronal de algunos creadores y la industria cultural) decidieron ir por ahí diciendo que los que se descargaban cosas y los que las difundían y enlazaban eran piratas, ladrones y estaban robando, y para ello decidieron impulsar una ley (o un artículo de una ley) que saltara por encima de los jueces dejando la decisión de cerrar páginas en manos de un órgano administrativo, artículo que recientemente tumbaron en el Congreso.
Tumbada la Ley, la SGAE y sus secuaces siguen diciendo que descargarse cosicas es un robo, un delito y tal y cual.
Bueno, pues leyendo sobre el tema me encontré esto:
Constreñido non deue ser ningun ome, que faga demanda a otro, mas el de su voluntad la deue fazer si quisiere, fueras ende en cosas señaladas, quel puedan los Judgadores apremiar según derecho, para fazerla. E la una dellas es, quando alguno se va alabando, e diziendo contra otro, que es su siervo (a); a lo enfamado, diziendo del otro mal ante los omes. Ca en tales cosas como estas, o en otras semejantes dellas, aquel contra quien son dichas, puede yr al Juez del logar, e pedir que constriña a quel que las dixo, que le faga demanda sobrellas en juyzio, e que las prueve, o que se desdiga dellas, o quel faga otra enmienda, qual el Judgador entendiere que sea guisada. E si por aventura fuesse rebelde, que non quisiere fazer su demanda, después que el judgador gelo mandase, dezimos, que deue dar por quito al otro para siempre , de manera que aquel nin otro por él nol pueda facer demanda sobre tal razón como esta. Et aun decimos que si dende adelante se tornase á decir del aquel mal que ante habie dicho, quel judgador gelo debe escarmentar de manera que otro ninguno non se atreva á enfamar nin á decir mal de los homes torticeramente.
Alfonso X de Castilla, llamado el Sabio, en su Partida Tercera, Título II, Ley 46
¿Y qué carajo tiene esto que ver con bajarse los discos de Yes?
Alfonso X el Sabio, fue rey de Castilla entre 1252 y 1284, conquistó Cádiz, se le rebeló Murcia, jugó mucho al ajedrez, tuvo problemas familiares con sus hijos y fue un gran impulsor de la industria cultural de su tiempo con la mal llamada Escuela de Traductores de Toledo (no había tal escuela, eran traductores independientes), hasta estuvo en la carrera para ser nombrado Emperador del Sacro Imperio, pero sobre todo es recordado por Las Partidas, un cuerpo de leyes importantísimo para su época que pretendía uniformar la legislación de todo el reino.
En la ley 46 de esas Partidas viene a establecer la llamada "Acción de Jactancia", que "es precisamente aquella que puede interponerse contra aquél que presume de tener un derecho contra ti pero que, paradójicamente, no promueve ninguna acción legal para reivindicarlo. De este modo, esta vía sirve para obligar a quien dice poder reclamarte un determinado derecho a que lo ejerza de una vez o a que, en caso contrario, calle para siempre. La sentencia con la que terminaría ese procedimiento aclararía si realmente quien presumía de ostentarlo tiene o no tal derecho y, en caso contrario, se le impediría que volviera a plantear judicial o extrajudicialmente esa misma cuestión" (visto aquí )
Vamos, que si un "pirata" ejerciese la Acción de Jactancia, se estaría obligando a la industria de los contenidos a que los cierres de páginas de enlaces se planteen forzosamente ante los jueces ordinarios (los mismos jueces que con la Ley Sinde se pretenden sortear). Si la decisión judicial continúa la senda trazada por las múltiples resoluciones anteriores y declara que no existe la tan cacareada vulneración de derechos de propiedad intelectual, esa sentencia impediría que la industria volviera a plantear la misma cuestión ante cualquier órgano, (incluido el administrativo que quiere imponerse con la Ley Sinde).
Lo acojonante es que en 1988 el Tribunal Supremo declaró que esta Ley del siglo XIII sigue en vigor, sentenciando que "la jurisprudencia de esta sala tiene declarada la vigencia de la tan meritada ley 46 a los efectos que le son propios, que el que se jacta de un derecho lo ejercite en el término que se le fije y que de no hacerlo se le impone perpetuo silencio”.
Sospecho que esto no va a pasar de mera curiosidad, pero frustrar a la SGAE invocando a un rey del siglo XIII sería algo que me haría recuperar la fe en la especie humana. Para que luego digan que la Edad Media no aportó nada a la Historia.
1 comentario:
Muy buena entrada. La SGAE tendrá que aprender historia. La "piratería" es algo contra lo que no se puede luchar. Nadie pudo antes ¿Porque lo lograrían ahora, cuando los piratas tiene más armas a su mano que en aquel entonces?.
Además, con los precios que ostentan los discos, tienes que ser un verdadero fanático para comprarte el original!! Y a veces el fanatismo no alcanza.
Por cierto, gran rey Alfonso X, era todo un adelantado!!!
Un Saludo.
Uriel
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