10 dic 2010

Vicisitudes legendarias

Durante una de las entradas sobre la era de las invasiones y con motivo de la existencia o no de un rey Arturo real, comentaba Kike el otro día con bastante buen juicio que no debía mezclarse historia y mito en el mismo post. Y gracias a eso me dio una idea para publicar yo otro.

Podría hablar de como una leyenda sí que aporta información histórica; pero no acerca de los hechos supuestamente reales que narra, sino más bien acerca de la mentalidad de la época en la cual se cuenta y del público que lo oía: poco importa lo que realmente hiciera un oscuro caudillo del siglo VI; Arturo encarna los valores del monarca ideal del siglo XII, fruto de la imaginación de bardos del siglo XII para una audiencia del siglo XII. Y se hace famoso por eso.

Pero no. Hoy vamos a hablar de caca. De caca...y de magia. Y es que, Merlín, el mago por excelencia, cómo no, también se cree remotamente basado en personajes reales, en concreto dos, o por lo menos, en torno a esos dos se configuró su leyenda, y su leyenda no se llevaba bien con los hechos. De eso se dió cuenta en el
siglo XII alguien que sabía vender bien historias: Geoffrey de Monmouth.

Uno de estos personajes era un tal
Lailoken: un bardo que a finales del siglo VI realizaba profecías para un rey celta del sur de Escocia. La tradición dice que tras la batalla de Arfderydd (573) se volvió loco y se retiró al bosque de Caledonia desde donde en su demencia soltaba profecías.

El otro era
Myrddin Emrys, que aparece en la Historia Britonum de Nennius (siglo IX, mucho antes de que apareciese el rey Arturo en ningún escrito) Este Myrddin fue el que dijo al tirano Vortigern la famosa profecía de los dos dragones enfrentados entre sí. Myrddin habría nacido en Caemarthen, en galés: Caermyrddin, nombre que viene del britónico Moridonum (fuerte junto al mar) pero como ese nombre era muy soso le inventaron una traducción como "la fortaleza de Myrddin", para difundir la leyenda de que había nacido allí, y si colaba, atraer ingresos por el turismo.

Cuando Geoffry de Monmouth escribe su
Historia Regum Brittaniae en los años treinta del siglo XII, coloca a este Myrddin como consejero del rey Uther Pendragón y padrino de su hijo Arturo. Pero se encuentra con un problema: escribía en francés. Para una corte de señores normandos que hablaban francés. Los normandos, para legitimar su invasión de Inglaterra pretendían identificarse con el rey Arturo y su corte, y así aparecer ante sus nuevos súbditos como restauradores de una tradición más antigua que los sajones. Que siempre queda más bonito decir que vienes a restaurar algo que decir que vienes a invadirlo todo.

Tocaba pues "afrancesar" al personaje para contentar a los normandos. Bien,
Myrddin latinizado quedaba en "Merdinus", que suena a lo que suena. Efectivamente, EL mago superpoderoso y supersabio por excelencia iba a ser conocido por la posteridad como "El Mierda". Historia real y aura de maravilla no terminaban de casar muy bien.

El bueno de Geoffrey de Monmouth se dió cuenta del recochineo generalizado que aquello iba a provocar en toda Europa cuando vieran que el monarca ejemplar, y modelo de los normandos, estaba asesorado por un mierda.
Ni corto ni perezoso, cambió la "D" por una "L", lo convirtió en
Merlinus, (Merlín en castellano), se libró de la ignominia y pasó a ser un personaje recurrente en las nacientes novelas de caballerías. Geoffrey de Monmouth, privó a mucha gente de muchos chistes, pero a cambio, contribuyó al nacimiento de un mito, y eso es hermoso hombre.

Por eso, aunque yo defienda que si te documentas un poquito, queda todo más mejor, cuando critiques una serie o película exclusivamente por su escasa fidelidad histórica, tienes que pensar que sacrificar veracidad en aras del espectáculo y la épica es algo que se ha hecho desde el principio de los tiempos, y cómo no, también en la Edad Media. Porque toda época necesita su poquito de leyenda.

3 comentarios:

Uriel dijo...

Es muy interesante lo que cuentas Hans. Es muy cierto lo que dices, la historia no es demasiado "marketinera", es por eso que los creadores de las novelas históricas tienen que introducir ciertos cambios para "mejorar la historia", vender más y, a veces, incluso hacerla más entretenido, pues seamos sinceros, no somos muchos aquellos a quienes nos gusta la historia como tal, la mayoría de la detesta y es una de sus materias más odiadas durante su estudio.
De todas manera, varios chistes se ahorró este Monmouth al cambiar una sola letra!!!! Jajaja.
Un Saludo y Hasta Pronto.
Uriel

Kike dijo...

Este al menos estaba basado en algo. Por que al bueno de Lanzarote se lo sacaron de la manga así, por las buenas.

El Guerrero Hyperbóreo dijo...

Viva el mierda, pues

Related Posts with Thumbnails