12 jul 2011

Armamento ofensivo en la Edad Media: la espada

Pues igual que en su día ya hubo una entrada sobre armamento defensivo, tocaba hacer lo propio con el ofensivo. O con el más conocido: espadas. Mazas, martillos y demás no los vamos a tocar hoy.

Antes del siglo XI

Desde el siglo VIII Europa estaba interactuando con los vikingos: fundamentalmente a hostias. Sea porque en las cosas de la guerra tarde o temprano te terminan copiando, sea porque aunque a veces se olvide los nórdicos también desempeñaron una intensa actividad comercial, las espadas vikingas son el modelo inspirador de las que se fabriquen a partir de entonces en toda Europa. Sobre todo desde la fundación del Ducado de Normandía en el norte de Francia (911): las espadas normandas son el modelo a partir del que evolucionan todas las demás desde ese momento.

En aquella época escaseaba el acero homogéneo de calidad, por lo que los nórdicos habían puesto en marcha la ingeniosa técnica del pattern-welding, con la que bastaba una tira de acero homogéneo que se doblaba sobre sí misma formando una "v" y se soldaba a martillazos sobre una barra de hierro forjado común, que formaba el centro de la espada. De esta forma se obtenía un filo resistente con un mínimo de acero. Las armas así obtenidas no superaban los 75 cm. de largo. Esta técnica se siguió empleando hasta mediados del siglo XI, en que fue reemplazada por otras más simples que permitían obtener espadas casi tan fuertes como las pattern-welded.

Siglo XI

Para entonces, habían comenzado a aligerar su peso y hacerse más perforantes, aunque siguieron siendo armas fundamentalmente de corte. La hoja es recta, de doble filo y con acanaladuras en los lados que reducían su peso sin restarle resistencia. La empuñadura de estas espadas tienen un guarda en forma de cruz corta, empuñadura y pomo semicircular con el peso suficiente para equilibrar la hoja. A medida que el siglo avanza la cruz se va alargando y aparecen los pomos en forma de Nuez de Brasil, que aparecen en el tapiz de Bayeux.
Además, del sentido de pestigio y herencia familiar heredado de los nórdicos, se fue dotando a las espadas de un significado religioso, por lo que la hoja, además del nombre del herrero suele presentar inscripciones tales como IN NOMINE DOMINI.

Siglo XII

En el siglo XII la espada sigue siendo fundamentalmente un arma de corte manejada con una mano, con una hoja que oscila entre los 63 y 76 cm. La tendencia es a ser cada vez más largas y estilizadas. Los pomos pasan a ser redondos, de hierro, bronce o piedras semipreciosas, que a veces podían contener una reliquia en su interior, ahondando en la concepción religiosa de la espada.
Las "típicas" espadas medievales según la tipología de Oakeshott: el tipo X es una espada vikinga. El tipo Xa aparece en el siglo XI, y los tipos XI, XII y variantes son los predominantes durante el siglo XII, aunque mantuvieron su popularidad hasta finales de la Edad Media, e incluso después, como elemento ritual y de prestigio.

Siglo XIII

Aparecen unas espadas más grandes conocidas en inglés como arming sword, sword of war e incluso knightly sword) en cierto sentido siguen siendo similares a las antiguas espadas vikingas pero con un pomo circular muy grueso para compensar una hoja más larga y pesada, de hasta más de un metro de longitud.

El tipo XIII y variantes corresponden a la espada de caballerías típica del siglo XIII. En cambio, los tres últimos modelos presentan una forma triangular característica de las espadas estoqueadoras, que comienzan a desarrollarse a partir de esta fecha.


Esto se debe a la mejora de las armaduras y la aparición del gran yelmo, que ya no podían ser perforados fácilmente por lo que se hicieron necesarias armas con un mayor poder de hendidura. Precisamente por la mejora en las defensas corporales, a finales de siglo comenzaron a darse dos tipos diferentes de evolución:

Mientras la mayoría seguían siendo manejadas a una mano dejando la otra libre para portar un escudo
o broquel, poco a poco una evolución paralela fue alargando los mangos para permitir su manejo a dos manos por la infantería, las nuevas "espadas bastardas" (hoy conocidas como de "mano y media") podían ser empleadas para cortar pero demostraron ser mucho más útiles dando poderosas estocadas que traspasaran la armadura.

También hacia el final de este siglo el uso de la espada se complementó con el bracamante (en castellano antiguo se lo conocía simplemente como "cuchillo" o "cuchillo puñal" en las Partidas) un arma de corte cuya hoja se ensancha hacia la punta. Normalmente se lo relaciona con las clases populares.

Siglo XIV

La espadas de estoqueo que habían comenzado a desarrollarse a finales del siglo XIII continuaron refinándose. Incluso a una sola mano, fueron haciéndose más pesadas y con una punta reforzada, sin embargo, la forma triangular, más ancha en su base, colocaba el centro de gravedad cerca de la empuñadura, de manera que resultaban incluso más fáciles de manejar.
En ocasiones podían incorporar un recazo (del italiano ricasso), un borde romo en la hoja que arrancaba de la empuñadura y se prolongaba por 3'8 cm. El recazo permitía apoyar un dedo sobre él para dar al portador un mayor control sobre la punta de la espada.

A dos manos, el estoc fue una variante de las espada bastarda diseñado específicamente para combatir contra las sofisticadas armaduras de placas, con una longitud media de 1'37 m. y una hoja de 90 cm, no tenía filo y sí una sección en forma de diamante o triangular con una punta muy alargada para perforar los puntos vulnerables de la armadura.


Siglo XV

Las espadas caballerescas tradicionales fueron quedando obsoletas contra la nueva armadura blanca. Las nuevas espadas de estoqueo eran ideales para conseguir atacar puntos débiles de la armadura con bastante precisión que una espada más grande jamás podría alcanzar.

Las espadas cortas llegaron a ser populares entre la infantería reemplazando a cuchillos y dagas, en Italia las espadas cortas incorporaron una guarda curva que ofrecía una protección extra para los infantes sin armadura.

Fuentes
  • Y para saber más sobre la guerra siempre están los libros de Matthew Bennett, y el volumen de la Historia Militar de España correspondiente a la Edad Media , coordinado por Miguel Ángel Ladero Quesada.
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