21 dic 2010

El vándalo Estilicón

Se acaba el año, y el blog ha cumplido seis mesecitos, todo un record teniendo en cuenta que durante gran parte de ese tiempo ha estado entretenido con las invasiones germánicas, con lo fácil que hubiera sido escribir sobre controladores aéreos y que toda España se pasase por aquí, pero ¡qué diantres! Aquí están toodas las entradas de esta saga de entradas:

Mahoma y Carlomagno - sobre la fecha de inicio de la Edad Media
La caída de Roma y el fin de la civilización
Otra entrada más sobre la caída de Roma
Los pueblos germánicos
La Era de las Invasiones: I y II

Una auténtica saga épica, si señor. Y hoy, de regalo, un bonus track inédito. Una curiosa biografía de alguien de esa época.
Normalmente no soy partidario de las biografías por mi recelo a exaltar "grandes personajes" del pasado, algo que muchas veces tiene el engañoso fin de resaltar según que virtudes, y eso no es muy científico que digamos. Pero esta me pareció muy interesante (y cinematográfica), y no me he podido contener.

Flavius Stilicho, más conocido como Estilicón, nació en 359, hijo de un militar vándalo y una romana, fue educado a la romana y conoció desde su juventud la clase alta romana.

Se integró en el ejército (romano), donde fue ascendiendo hasta que el éxito de una misión diplomática en Persia le valió un ascenso a general en 384, y como general defendió el Imperio de los ataques de los godos durante 20 años.

Tan bien se desempeñaba que el emperador Teodosio casó a su sobrina adoptada Flavia Serena con Estilicón. De la unión nació un hijo, Euquerio.

Después del asesinato del emperador occidental Valentiniano II (392), Estilicón acompañó al ejército que conduciría a la victoria a Teodosio en la batalla del Frígido. Uno de sus camaradas durante la campaña era el godo Alarico, que más tarde sería su contrincante en el campo de batalla. Estilicón se distinguió en la batalla, y Teodosio lo vio como un hombre digno de ser responsable de la seguridad futura del imperio. El último emperador de una Roma unida le designó como tutor de su hijo Honorio. Para asegurar su influencia sobre el nuevo y joven emperador, Estilicón casó a su hija con Honorio, lo cual fue un auténtico escándalo entre la nobleza y los cortesanos, que no aceptaban que la hija de un mestizo medio bárbaro, se casara con el emperador de Occidente.

Su primer gran desafío, ahora como magister militum, surgió en 395 cuando Alarico rompió su tratado con Roma y hubo de hacerle frente. Para ello convocó al ejército vencedor en Frígido, una combinación de fuerzas de oriente y occidente. Sin embargo, en oriente, el emperador Arcadio estaba en manos de un viejo enemigo de Estilicón, el Prefecto Pretorio Rufino que ordenó el retorno de las tropas a Constantinopla dejando al ejército demasiado débil como para perseguir a Alarico. Estilicón vio frustradas sus intenciones. Poéticamente, las mismas tropas mataron a Rufino a su retorno.

Estilicón conseguiría derrotar a Alarico dos años más tarde en Macedonia (397), aunque el propio Alarico logró huir. Ese mismo año sofocó la revuelta de Gildo en África. En 401, condujo una larga campaña contra sus "parientes", los vándalos, y otras hordas de bárbaros. Otro añito más y volvió a derrotar a Alarico en Pollentia (402) y Verona (403).

En 405 le llegó el turno a los suevos, que fueron derrotados, pero el Rin quedó casi sin defensas posibilitando la invasión del año siguiente. El 406 se enfrentó a Radagaiso, sitiándolo con fuertes trincheras hasta que el hambre los derrotó. Sin embargo, ese mismo año se produjo la invasión de los suevos, alanos y vándalos por un Rin casi sin defensas desde la campaña del año anterior, el resto ya se sabe...

En resumen, Estilicón había sido un guerrero competente que se había ganado la confianza del emperador Teodosio, se había casado con su sobrina Serena, llegó a ser quien realmente dirigía Occidente en nombre del joven Honorio (que se casó con la hija de Estilicón); obtuvo el consulado (la magistratura más prestigiosa del imperio) en dos ocasiones, y recibió del Senado el honor extraordinario de una estatua de plata dorada en el foro.

Pero sus orígenes nunca fueron olvidados.

Su ascendencia bárbara y su fe arriana provocaron rechazo a los ojos de los consejeros imperiales, que difundieron el rumor de haber planeado el asesinato de Rufino en connivencia con su viejo aliado Alarico, que había "invitado" a los bárbaros a invadir la Galia y que planeaba colocar a su hijo en el trono. Honorio, a pesar de haber sido educado por Estilicón, acabó cediendo a las presiones de su consejeros, declarándolo enemigo público.

El 22 de agosto de 408 fue ejecutado después de retirarle las insignias de magister militum. Su hijo Euquerio fue asesinado en Roma poco después.

Cuando se supo la noticia en las ciudades del norte de Italia se encendió la animadversión contra los bárbaros, produciéndose una masacre de las indefensas esposas e hijos de los germanos foederati que estaban sirviendo en el ejército. Al saber de esto, los soldados que habían perdido a sus familias desertaron en masa (se estima que fueron unos 30.000), y junto a grupos de esclavos fugitivos se unieron a las tropas de Alarico. Cuando dos años más tarde Alarico entraba en Roma, muchos de estos hombres participaron en el saqueo de la ciudad, que visto lo visto, no tuvo que ser bonito.

Supe de este hombre mientras me leía a Ward-Perkins y me pareció un buen resumen de todo lo que había estado poniendo por aquí, un ejemplo de como los bárbaros podían integrarse en la sociedad romana, pero al mismo tiempo, de como la integración dejaba mucho que desear, así como la gestión torpe que hizo la política romana de la irrupción de los germanos.

10 dic 2010

Vicisitudes legendarias

Durante una de las entradas sobre la era de las invasiones y con motivo de la existencia o no de un rey Arturo real, comentaba Kike el otro día con bastante buen juicio que no debía mezclarse historia y mito en el mismo post. Y gracias a eso me dio una idea para publicar yo otro.

Podría hablar de como una leyenda sí que aporta información histórica; pero no acerca de los hechos supuestamente reales que narra, sino más bien acerca de la mentalidad de la época en la cual se cuenta y del público que lo oía: poco importa lo que realmente hiciera un oscuro caudillo del siglo VI; Arturo encarna los valores del monarca ideal del siglo XII, fruto de la imaginación de bardos del siglo XII para una audiencia del siglo XII. Y se hace famoso por eso.

Pero no. Hoy vamos a hablar de caca. De caca...y de magia. Y es que, Merlín, el mago por excelencia, cómo no, también se cree remotamente basado en personajes reales, en concreto dos, o por lo menos, en torno a esos dos se configuró su leyenda, y su leyenda no se llevaba bien con los hechos. De eso se dió cuenta en el
siglo XII alguien que sabía vender bien historias: Geoffrey de Monmouth.

Uno de estos personajes era un tal
Lailoken: un bardo que a finales del siglo VI realizaba profecías para un rey celta del sur de Escocia. La tradición dice que tras la batalla de Arfderydd (573) se volvió loco y se retiró al bosque de Caledonia desde donde en su demencia soltaba profecías.

El otro era
Myrddin Emrys, que aparece en la Historia Britonum de Nennius (siglo IX, mucho antes de que apareciese el rey Arturo en ningún escrito) Este Myrddin fue el que dijo al tirano Vortigern la famosa profecía de los dos dragones enfrentados entre sí. Myrddin habría nacido en Caemarthen, en galés: Caermyrddin, nombre que viene del britónico Moridonum (fuerte junto al mar) pero como ese nombre era muy soso le inventaron una traducción como "la fortaleza de Myrddin", para difundir la leyenda de que había nacido allí, y si colaba, atraer ingresos por el turismo.

Cuando Geoffry de Monmouth escribe su
Historia Regum Brittaniae en los años treinta del siglo XII, coloca a este Myrddin como consejero del rey Uther Pendragón y padrino de su hijo Arturo. Pero se encuentra con un problema: escribía en francés. Para una corte de señores normandos que hablaban francés. Los normandos, para legitimar su invasión de Inglaterra pretendían identificarse con el rey Arturo y su corte, y así aparecer ante sus nuevos súbditos como restauradores de una tradición más antigua que los sajones. Que siempre queda más bonito decir que vienes a restaurar algo que decir que vienes a invadirlo todo.

Tocaba pues "afrancesar" al personaje para contentar a los normandos. Bien,
Myrddin latinizado quedaba en "Merdinus", que suena a lo que suena. Efectivamente, EL mago superpoderoso y supersabio por excelencia iba a ser conocido por la posteridad como "El Mierda". Historia real y aura de maravilla no terminaban de casar muy bien.

El bueno de Geoffrey de Monmouth se dió cuenta del recochineo generalizado que aquello iba a provocar en toda Europa cuando vieran que el monarca ejemplar, y modelo de los normandos, estaba asesorado por un mierda.
Ni corto ni perezoso, cambió la "D" por una "L", lo convirtió en
Merlinus, (Merlín en castellano), se libró de la ignominia y pasó a ser un personaje recurrente en las nacientes novelas de caballerías. Geoffrey de Monmouth, privó a mucha gente de muchos chistes, pero a cambio, contribuyó al nacimiento de un mito, y eso es hermoso hombre.

Por eso, aunque yo defienda que si te documentas un poquito, queda todo más mejor, cuando critiques una serie o película exclusivamente por su escasa fidelidad histórica, tienes que pensar que sacrificar veracidad en aras del espectáculo y la épica es algo que se ha hecho desde el principio de los tiempos, y cómo no, también en la Edad Media. Porque toda época necesita su poquito de leyenda.

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